Luccious, un diseñador arquitectónico de 38 años, solía ser un fumador empedernido que fumaba dos paquetes de cigarrillos al día. Nunca dejaba el cigarrillo mientras dibujaba, y los sofás y las cortinas de su casa se manchaban con el olor a cigarrillo. Su esposa e hijos solían discutir con él por esta razón. Durante un examen físico en 2023, el médico le recordó que "su función pulmonar ha disminuido y necesita controlar el tabaquismo", así que decidió probar los cigarrillos electrónicos. Al principio, eligió el "sabor clásico a tabaco" (3 mg de nicotina), que se parecía al sabor del tabaco, y sustituyó entre 5 y 6 cigarrillos por cigarrillos electrónicos al día. Después de tres meses, notó que tosía con menos frecuencia y ya no tenía el problema de "garganta seca y dolorida" al levantarse por la mañana. Ahora solo doy unas caladas a los cigarrillos electrónicos cuando trabajo horas extra. El olor a cigarrillos ha desaparecido en casa, y mi esposa incluso toma la iniciativa de ayudarme a organizar la caja de los cartuchos. El ambiente familiar es mucho mejor que antes. Luccious comentó con una sonrisa que ya no habrá pequeños agujeros causados por quemaduras de cigarrillos en sus dibujos de diseño.
Marry, una maestra de jardín de infancia de 27 años, enfrentó desafíos profesionales debido a su hábito de fumar. "Cuando los padres me ven fumar, se preocupan por el impacto en sus hijos. Una vez, uno de ellos incluso se quejó con el director". En 2022, probó los cigarrillos electrónicos por recomendación de una amiga y eligió un líquido con sabor a frutas "sin nicotina". "Este líquido no huele a humo de segunda mano y usarlo en la oficina no afectará a mis compañeros. Los padres se sienten más tranquilos al saberlo". Ahora, Marry considera los cigarrillos electrónicos una herramienta para aliviar el estrés. Dedica 10 minutos a relajarse después de clase y luego se dedica a la docencia. Su satisfacción docente ha sido la mejor en el jardín de infancia durante seis meses consecutivos. "Antes fumaba a escondidas, pero ahora puedo relajarme y disfrutar usando cigarrillos electrónicos. Esta sensación de control me ha dado más confianza".
Emily, una profesora jubilada de 52 años, cuenta una conmovedora historia sobre cómo usó cigarrillos electrónicos para ayudar a su esposo, Jack, a dejar de fumar. Jack lleva 30 años fumando y tiene la presión arterial y el azúcar en sangre altos. Emily ha probado muchos métodos, pero sin éxito. En 2023, descubrió por casualidad los cigarrillos electrónicos y le compró a Jack un modelo con un "recordatorio inteligente": vibraba para recordarle si lo usaba más de 10 veces al día. "Al principio, Jack no se acostumbraba y decía que era 'aburrido'. Lo acompañé a probar diferentes sabores y poco a poco encontramos el 'sabor naranja' que le gustaba". Seis meses después, el volumen de cigarrillos de Jack bajó de 20 al día a menos de 5, y su presión arterial volvió a la normalidad. "Ahora usa cigarrillos electrónicos de forma proactiva todas las mañanas y comparte sus 'consejos para dejar de fumar' con sus antiguos compañeros. Su estado mental ha cambiado por completo".
Aunque estos tres usuarios tienen profesiones y edades diferentes, tienen algo en común: usar cigarrillos electrónicos para encontrar un método de reducción de daños que les funcione y recuperar el control de sus vidas. Sus experiencias también demuestran que, al elegir el producto adecuado y usarlo con prudencia, los cigarrillos electrónicos pueden ser una herramienta valiosa para los fumadores.