En la vida moderna, los fumadores se enfrentan a un doble dilema: por un lado, las sustancias nocivas como el alquitrán y el monóxido de carbono que se producen al quemar cigarrillos tradicionales no solo ponen en peligro su sistema respiratorio y su salud cardiovascular, sino que el humo de segunda mano también supone una amenaza para la salud de familiares, compañeros de trabajo y otras personas de su entorno; por otro lado, los cigarrillos tradicionales están estrictamente restringidos en algunos lugares, y fumar en zonas públicas como oficinas, centros comerciales y estaciones de tren de alta velocidad es fácil de infringir. Al llevar cigarrillos fuera, también hay que tener en cuenta los encendedores y ceniceros, lo que reduce considerablemente la comodidad. El cigarrillo electrónico Sanlei fue creado para abordar este dilema: potenciado por la tecnología, reduce la liberación de sustancias nocivas y al mismo tiempo equilibra la flexibilidad y la facilidad de uso, ofreciendo a los fumadores una mejor opción.